Guillermo “Pol” Fernández atraviesa una de las situaciones más insólitas del fútbol porque podría sufrir un doble descenso en una misma temporada. El mediocampista, figura de Godoy Cruz, será protagonista este sábado en un partido decisivo ante Deportivo Riestra, donde el “Tomba” intentará mantenerse en la Primera División.
El encuentro se jugará en Mendoza desde las 17, y el equipo dirigido por Omar Asad está obligado a ganar para aspirar a un desempate que le permita seguir en la máxima categoría. El problema es que el conjunto mendocino ya no depende solo de sí mismo y necesita que San Martín de San Juan derrote o empate con Aldosivi para conservar una mínima esperanza.
Si Godoy Cruz no logra salvarse, Fernández vivirá uno de los golpes más duros de su carrera. El volante, de 34 años, regresó al club donde ya había jugado entre 2015 y 2018, pero ahora enfrenta la posibilidad de descender con una institución que lleva 17 años consecutivos en Primera.
Un segundo descenso, a la distancia
El infortunio no termina ahí. Antes de volver a Mendoza, Fernández formó parte de Fortaleza, de Brasil, hasta mediados de este año. El equipo dirigido actualmente por Martín Palermo atraviesa una crisis profunda en el Brasileirao y está penúltimo con 30 puntos, a cinco de la salvación, cuando restan apenas cinco fechas.
Aunque el argentino ya no integra el plantel, su paso reciente por el club brasileño lo involucra simbólicamente en una situación doblemente adversa. Si Fortaleza pierde la categoría, Fernández podría quedar marcado por dos descensos en una misma temporada y en países distintos, un hecho curioso y desafortunado en su extensa trayectoria.
Godoy Cruz no tiene margen de error. Para mantenerse en la máxima división deberá vencer a Deportivo Riestra y esperar una ayuda desde otro estadio. Si los resultados no lo acompañan, su regreso a la Primera Nacional será inevitable, cerrando un año que arrancó con la ilusión de pelear en la Copa Sudamericana y puede terminar con un desenlace inesperado.
Acostumbrado a pelear campeonatos y vestir camisetas grandes como las de Boca y Racing, Fernández enfrenta hoy un desafío completamente distinto: el de resistir ante la posibilidad de un doble descenso en una misma temporada, algo cruel en la carrera de un futbolista experimentado.